domingo, 10 de junio de 2012
Diez consejos para un mal periodista deportivo que busca superarse
A vos te escribo, a vos que trabajás como periodista deportivo y te das cuenta de que sos un desastre en tu trabajo. A vos, que te dolió en el alma que te acusaran de analfabeto militante. A vos que no sabés en que año se declaró la independencia de tu país. A vos, que sin querer hacés que cada día todos odiemos un poquito más la Premier League. A vos, que en un momento decidiste trabajar para un club y después se te “olvidó” decir que lo que estabas diciendo en televisión lo hacías en calidad de tal y no en tanto comunicador social. A vos, que en un momento de exabrupto te creíste que le das “más alegrías a la gente que Borges”. Bah, directamente a vos, que te estás hundido en tu confusión y te crees que tu trabajo consiste en ¿¡”dar alegrías”?! A vos te digo no te preocupes, no todo está perdido. Si no mirá.
1. Aprendé a hablar y a escribir. Es importante para tu trabajo… posta (?). Si sólo tenés un repertorio de, digamos, 15 frases o expresiones y no podés (o no sabés) expresarte sin apelar a alguna de ellas, sabé que recurriendo al estudio y al entrenamiento profesional vas a mejorar tu habilidad comunicativa, que es una destreza fundamental en tu profesión.
2. Si estás relatando o comentando un partido de fútbol, no uses latiguillos o frases repetidas. Sabé que probablemente canses y aburras a tu audiencia con la repetición y la copia constantes. No te olvides de que el espectador está más interesado por lo que pasa en el campo de juego que por lo que vos decís o hacés.
3. Si ante cada jugada polémica no emitís una sentencia categórica y definitiva acerca de cuál debería haber sido el fallo del juez, no pasa nada. Al contrario. Reconocer que hay jugadas difíciles de juzgar es síntoma de sensatez. Además, tené en cuenta que es imposible, al finalizar cada partido, sentenciar con una sola palabra la tarea de un árbitro, y si lo hacés, probablemente te equivocarás o pecarás de reduccionista y atentarás contra tu propia reputación.
4. Cuando ignores un dato, callate, no inventes. No seas papelonero. Seguro que entre la audiencia hay gente que sabe que el jugador X en realidad es uruguayo y no brasileño como dijiste. Pero incluso si no hubiera ni un telespectador que sepa que ese dato es falso, acordate de que mentir es malo (?).
5. Si no tenés nada para decir, no digas nada. Aunque no lo creas, el silencio no mata. Esto te va a resultar particularmente útil cuando te manden a cubrir desde el campo de juego. A nadie le interesa si el ayudante de campo del visitante está tomando Gatoreit con pajita o directamente de la botella.
6. Si estás relatando un partido, evitá cantar durante el mismo. Es una actividad que no tiene mucho que ver con el periodismo deportivo y que irrita profundamente al espectador.
7. Cuando entrevistes a un futbolista, no preguntes “¿Qué sentiste cuando metiste el gol?” Fijate que con un poquito de esfuerzo, no mucho, podés pensar una pregunta un poco menos mediocre.
8. Cuando estés en una transmisión televisiva o radial con otros periodistas, no hagas chistes o comentarios internos con ellos. Nadie te va a entender y tu audiencia en el mejor de los casos se va a aburrir y en el peor te va a putear y va a cambiar de canal.
9. Si el día de mañana tenés la suerte de ir a cubrir un Mundial, no salgas a la calle con un micrófono y una cámara a hacerte el banana y a burlarte hablándole en castellano a un hincha de otro país que no te entiende. El que está haciendo el ridículo demostrando toda su ignorancia y estrechez mental sos vos, no él.
10. ¿Salís en televisión? ¿Te creés el dueño del mundo? ¿Pensás que sos lo más importante que hay y que el resto no vale nada? No te olvides de que no sos el único. Si querés que el día de mañana el que se acuerde de vos lo haga para putearte, seguí así. Si no, opiná, decí lo que pensás porque es importante, pero no seas soberbio ni te creas más que los otros, porque no lo sos.
Bueno, no te enojes. Fue sólo porque me pareció que andabas con problemas para hacer bien tu trabajo. Si te molestó no lo hago más. Pero va de onda nomás, y ya sabés: cuidate, querete, ojito… ojete.
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