jueves, 17 de mayo de 2012
Las verdades de Panzeri II
*El periodista era un fiscal de oficio que veía, pensaba y opinaba. Ahora es un negociante que oye y repite. Acaso más apropiadamente dicho: un showman.
*No hay modernismos. Hay personas de diferentes edades. Con gustos diferentes. Pero ver jugar con talento y destreza gusta a todos, antes y ahora.
*No hay nada nuevo. Hay cosas viejas que estaban olvidadas.
*Las figuras no siempre son jugadores. Las figuras son publicidad. Los jugadores no la necesitan.
*Con la publicidad que hoy tiene cualquiera que se gana la vida pateando una pelota, los cracks del fútbol de la década del 40 no habrían tenido más que decir que querían presidir la República y los hubieran escuchado.
*El jugador movedizo es aquel que pica y frena.
*El que siempre corre es un robot. El que nunca se mueve es un abúlico o un mal compañero.
*El fútbol rápido nunca se hizo con hombres veloces, siempre se hizo con pelota veloz.
*Aprendimos a ser serios. Desaprendimos a jugar.
*Ni el arte de hamacar la cintura se puede adquirir con preparación física. La preparación física puede darle elasticidad a la cintura, pero la gambeta que limpia el campo con la cintura es fruto de la elasticidad del cerebro.
*La torpeza es mayor cuando mayor es la velocidad. La precisión y la rapidez crecen con la habilidad.
*Si en el fútbol se hiciera la estadística de las cosas que se han hecho en las canchas sin haberlo pensado quienes las hicieron, y las que no se hicieron habiendo pensado hacerlas quienes no las hicieron… muy probablemente se volvería a jugar al fútbol.
*Velocidad es torpeza. Habilidad es rapidez.
*Cuando más se mate a la habilidad mayor será la lentitud.
*El problema económico del fútbol es de abundancia de dinero.
*Los que descubrieron que jugando mal se gana y jugando bien se pierde, sellaron el epílogo de todos los registros de patentes, marcas e inventos. El ingenio humano quedó agotado en ese esfuerzo mental.
*Para jugar hay que correr; pero corriendo no se puede jugar.
*El objetivo del fútbol es ganar. Pero ganar sin jugar es muy difícil. Entonces el imperativo es jugar y el resultado de eso es la normal alegría o tristeza que depara el deporte.
*Como sucede con muchas cosas, el gran negocio de imponer una novedosa manera de jugar… lo hará en cualquier momento quien pueda reunir un equipo que juegue al fútbol antiguo.
*¿Fútbol moderno?… ¿Y el fútbol bien jugado qué es? ¿Acaso antiguo? Y lo mismo cabe preguntar del mal fútbol: ¿es antiguo, es moderno, qué es? Dejémonos de tonterías. El fútbol es siempre una sola cosa con dos únicas alternativas: bien o mal hecho. No hay tres.
*Si quieres que un mal jugador pierda la pelota… no se la disputes; ciérrale el camino y dejále que siga; la perderá solito…
*El negocio del “tronco” es que el adversario lo busque en el cuerpo a cuerpo. Allí puede ganar.
*Del mal jugador nos enteramos enseguida: dejándolo solo con la pelota para que haga lo que más libremente quiera.
*Al buen jugador casi lo descubrimos antes de que toque la pelota: mirando si miró… a dónde la va a poner cuando le llegue.
*Durante la semana se hace lo que manda el entrenador. Los domingos se hace lo que al jugador le sale o le dejan hacer.
*La disciplina no hace jugadores. Los jugadores deben ser disciplinados.
*De corredores no se hacen jugadores. De jugadores se pueden hacer corredores.
*Tocarla mucho, tenerla poco.
*Los titulares tipográficos marcan el progreso de la ignorancia y la credulidad: son más grandes a medida que más ignorancia y credulidad existe.
*Lo mismo ocurre con el lenguaje: es más abundante y hueco a medida que más se miente. Pronto necesitaremos usar un Diccionario del Chusmaje Dialéctico para poder vivir realizados.
*Sin archivo no hay periodismo.
La pelota sigue siendo rebelde, indócil, para quiénes no la saben dominar y no ha habido DT hasta aquí que haya enseñado cómo hacerlo.
Se necesita estar dotado por naturaleza con el sentido, la destreza o la ignorada razón por el atributo natural con que se nace.
El fútbol es técnica del imprevisto por sobre todos los imprevistos. Y más aún limitando esa técnica al uso de la más indócil de las armas posesivas del hombre, los pies, siempre más indóciles que las manos al ordenamiento del cerebro.
Los hombres trascienden por sus obras, no por sus efigies.
Cuando el héroe del estadio es el gran hombre de la Nación, es porque la Nación se ha quedado sin valores. El héroe del estadio debe serlo de allí y nada más.
No escribo donde quiero, pero nunca escribo lo que no quiero.
Un periodista no tiene amigos.
El futbol es la muestra gratis del país.
El buen jugador no brilla. Brilla el juego que produce ese jugador. Y a veces brillan por el, jugadores menos jugadores que aquel que hace brillar el juego.
Vivimos en un torbellino de la dialéctica, donde los que saben poco intentan hacer creer que saben mucho a los que no saben nada.
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